Por: Deborah Salas
Todo el mundo ha visto alguna película romántica alguna vez. Aunque dependiendo de en qué época esté ambientada y el año de publicación de la cinta, será de una forma o de otra.
La forma de conocerse, el cortejo, las demostraciones de cariño, etcétera. Con los años han ganado explicitud, mostrando de manera más clara y directa la sexualidad. Cada vez son más las que muestran escenas de sexo, e incluso personajes que interpretan a escorts y kinesiólogas. Un claro ejemplo son grandes series y películas tan populares como Sex Education, 365 Dni o You.
El mundo está en constante cambio gracias a las nuevas tecnologías, principalmente. La globalización ha facilitado la vida pero sobre todo ha interconectado todo, incluidas las personas. Ahora es muy fácil conocer a otros por mucho que vivan en otro país y se han normalizado muchas prácticas y actitudes por ello. Ya poco puede sorprender y que no se haya visto o se espere.
Entrando en los hechos de la actualidad, en la realidad que se vive, Guatemala también se ve detenida de un solo golpe con algo nunca antes esperado. Con más de 120.000 casos de contagios por Coronavirus y más de 4.000 muertes a sus espaldas, intenta recomponerse de esa segunda ola que tanto dolor ha causado. Mientras tanto, después de un parón en la vida de las personas y de un replanteamiento en la forma de vivir, es cuando las relaciones ganan otras perspectivas.
Ese amor idealizado que surge de miradas, donde todo se vive intensamente. Lleno de timidez, sonrojos, donde no hay casi besos y ni se pensaba en estar con otra persona. Esas relaciones para toda la vida, donde vivir felices y comer perdices. En la que escribir las palabras de amor más bonitas y profundas, donde se vive uno por el otro. Una historia de cuento con la que muchos, sobre todo mujeres, sueñan con tener de pequeñas. Pero, ¿hasta qué punto esto es bueno y sano?
Aunque ahora sea normal y natural tener relaciones sexuales de manera regular con más de una pareja e incluso contactar con alguna de las escorts de Chile y hablar de ello con amigos, antes no era así.
Citas donde se producen roces, caricias o besos y que tienen un final feliz aunque se acabara de conocer a la otra persona se han quedado atrás. Ahora las apps de citas y páginas como Skokka se utilizan más para hablar y conocerse, debido a la preocupación por la salud.
Ahora cuando se queda con alguien el teléfono queda en segundo plano. Por muchas ganas de sexo que se tengan una cosa buena derivada de la situación actual de pandemia es la revalorización de las conexiones humanas.
Retroceder, a veces, es bueno
Poder verse, abrazarse, besarse, hacer cosas juntos, estar cerca… Algo en lo que casi ni se pensaba porque se daba por hecho. Hasta que se convirtió en algo imposible y las personas comenzaron a echarlo de menos.
Y es que a pesar de la tentación que supone la intimidad física la salud es lo primero. Descubriendo de esta manera otro tipo de placeres, creando vínculos más profundos y fuertes. Otro tipo de atracción además de la física que, ¿incluso podría convertirse en amor?
Sólo el tiempo podrá probarlo. Ahora el futuro a corto medio plazo es algo incierto por lo que nadie puede asegurar qué sucederá ni cómo afectará a las relaciones interpersonales y románticas o pasionales. ¿El nuevo valor que se le da a los besos y abrazos se mantendrá? ¿O se disipará y se volverá a la situación de liberalización sexual y encuentros casuales con múltiples parejas?
Publicado por: Jessica De León