Los Murales del Banco de Guatemala
El Banco de Guatemala ha pasado a formar parte del paisaje urbano capitalino, ya que este edificio tiene características inigualables que lo hacen propio de nuestro paisaje urbano capitalino.
La parte exterior de los murales fueron elaborados de concreto, un proceso en el cual se utilizaron formaletas de madera que fungieron como molde para contener el cemento. Esos moldes de 1.22 metros de alto por 2.44 metros de largo fueron colocados sobre la pared de ladrillo y se iba realizando la fundición.
Los murales de este edificio tiene una característica muy importante, lo cual es su arte natural, ya que al acercarse a observar detenidamente los detalles de cada pieza se podrán detectar pequeñas imperfecciones que quedaron marcadas durante la fundición, es algo que en ningún momento se intentó ocultar de la vista del público.
El lado poniente fue elaborado por Roberto Gonzales Goyru, entre 1964-1965. El lado oriente fue elaborado en 1964 por Dagoberto Vásquez, es una composición que se desenvuelve en forma de Zig Zag y se lee de izquierda a derecha, de abajo hacia arriba.
Los relieves tienen un grosor variado, entre 5, 8 y 12 centímetros y las medidas de las formas son de 12, 20 y 40 centímetros. Cada sección cuenta una historia que los guatemaltecos han vivido durante los siglos.
El primer panel presenta el mito de la creación, según la cosmovisión maya. En el segundo panel se puede apreciar la importancia de la familia unida como el núcleo de la sociedad guatemalteca, pues en este se encuentra la fecundidad representada por una mujer embarazada. Finalmente, en el tercer panel fue realizada la interpretación de la economía y la cultura, finalizada por el quetzal.
Para el interior del edificio del Banco de Guatemala fue utilizado esmalte vidriado sobre cobre. Esta obra fue realizada entre 1963-1966 por Carlos Mérida, en los talleres de Franco Bucci en Milán, Italia. Las placas fueron colocadas sobre mármol blanco para resaltar las figuras y se encuentra ubicado en el cubo de ascensores del edificio.

Dentro de la sala de sesiones de la Junta Monetaria, se encuentra una representación del Dios del Maíz "Ah Mun", quien se ve con una enorme cabeza verde jade estilizada. Fue una obra realizada en 1965 por el artista hondureño Arturo López Rodezno, como regalo del Banco Central de Honduras en gesto de hermandad.


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