Los parásitos son seres vivos que necesitan de otro organismo para vivir (humano o animal) llamados también huéspedes, al que invaden para subsistir. Aunque se localizan en distintas partes del cuerpo, el aparato digestivo es el sitio que mayormente habitan y es por esto que generalmente se los denomina parásitos intestinales.
En esta nota analizamos los tres parásitos que frecuentemente infectan a los niños, el grupo social mas afectado por este trastorno.
Parásitos intestinales:
Ascaridiasis
El agente ascaridiasis lumbricoides es un parasito con forma de gusano que puede medir hasta 30 centímetros y habita en el intestino delgado.
El contagio:
no ocurre de persona a persona sino por la ingestión de los huevos del parasito
Los síntomas:
por lo general es asintomático, pero si la cantidad de parásitos es grande pueden surgir problemas respiratorios y obstrucción del transito intestinal.
El diagnostico consta del reconocimiento del gusano expulsado junto a la metería fecal.
El mejor tratamiento:
se suministra un antiparasitario por tres días y se pide un nuevo control de la materia fecal por dos o tres semanas para confirmar la continuidad del tratamiento.
La prevención total implica:
Una higiene rigurosa de las manos del niño luego de ir al baño o de comer.
Evitar el contacto con superficies contaminadas con heces humanas.
Lavar frutas y verduras cuidadosamente.
Descartar prolijamente los pañales descartables.
Parásitos intestinales en niños:
Oxiurasis
El agente enterobius vermicularis es un pequeño parasito que solo habita en seres humanos.
El contagio:
los niños en edad escolar y las madres que los atienden son los más expuestos. Los huevos se diseminan a través de las manos y los juguetes contaminados que los niños llevan a la boca. Cuando lo huevos maduran los gusanos se dirigen a borde del ano y allí depositan mas huevos, los niños sienten el picor, se rasca y con las manos contaminadas contagian a otros niños.
El diagnostico se logra por medio del Test de Graham. Se coloca una cinta transparente en la zona anal antes de la higiene y de la defecación. Así se observan los huevos depositados por el parasito.
Los síntomas:
irritabilidad, picazón en el ano, alteración del sueño, inapetencia. También puede ser asintomático.
El mejor tratamiento: se indica un antiparasitario por un día, pero puede repetirse el tratamiento. A veces es necesario tratar a todo el grupo familiar.
La prevención total implica:
Los niños deben tener siempre las uñas cortas y limpias.
No deben comerse las uñas ni rascarse la zona anal
Deben lavarse las manos luego de ir al baño y antes de comer
Es recomendable lavar los juguetes, lavar diariamente la ropa interior del niño y la ropa de cama.
Procurar el ingreso de luz en los cuartos durante el día, ya que los huevos son muy sensibles a la luz.
Parásitos intestinales: Giardiasis
Es causada por el parasito giardia lomblia, y solo puede observarse a través del microscopio. Habita en el intestino de humanos y de animales.
El contagio:
se da frecuentemente por medio de agua, los alimentos crudos infectados o de las manos que pudieran haber estado en contacto con superficies contaminadas. También es muy común el contagio en niños que asisten a guarderías y aun no tienen control de esfínter, y el paso del parasito desde ellos hacia sus padres y maestros. Los viajes, actividades rurales y al aire libre son otra frecuente fuente de contagio.
Los síntomas:
aparecen nauseas, espasmos abdominales, diarrea, deshidratación, perdida de peso y anemia. En otros casos puede ser asintomático.
El diagnostico:
Se realiza por observación microscópica de muestras frescas de materia fecal.
El mejor tratamiento:
medicación diversa por un periodo de cinco a diez días. Se aconseja no aplicar tratamiento en niños que no presentan síntomas.
La prevención total:
Lavar cuidadosamente frutas y verduras antes que el niño las consuma.
Evitar la ingesta de alimentos que no sean seguros.
Inculcar la higiene de manos antes de comer y luego de ir al baño
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