Por: Cory García
Cuando los adultos hacemos memoria del pasado, recordamos actividades en familia que se repitieron año tras año y que nos brindaron gran felicidad. Son las actividades que se convirtieron en costumbres o tradiciones familiares.
Tal es el caso de la reunión dominical de toda la familia; la armada del árbol de navidad y el nacimiento, el almuerzo de cumpleaños, intercambio de regalos… Todo esto representa las tradiciones familiares, aquellos pequeños tesoros de cada familia que se repiten de generación en generación.
Las familias sólidas y fuertes acuden a las tradiciones porque ellas proporcionan un sentido de continuidad, entendimiento y acercamiento entre las distintas generaciones (abuelos, padres, tíos, primos hermanos etc).
Las tradiciones son importantes para la familia, no necesariamente por lo que dicen o hacen, sino por los resultados que producen, brindando un sentimiento de cercanía que crece con las experiencias compartidas. Las tradiciones representan a cada familia en base a sus gustos, estas desarrollan actividades que representan a cada generación, convirtiéndolas en un hábito familiar.
En los niños, las tradiciones familiares son especialmente importantes porque en ellas los chicos buscan un lugar que les permita pertenecer a la familia y a la sociedad. Esos pequeños actos que repetimos año tras año, tienen mucha más trascendencia en el desarrollo del niño, ya que con estos rituales le transmitimos la cultura, los valores y las normas de la familia.
Gracias a nuestras tradiciones familiares, los niños crean una sensación de seguridad, de formar parte de algo que viene del pasado y que va más allá de lo que pasa en su casa. Esa referencia es una herramienta para que nuestros pequeños desarrollen su propia identidad como persona dentro de un grupo social, en un principio el de su familia y más tarde el de la sociedad en general.
Es importante inculcarles a los niños las diferentes tradiciones que hay en la familia para que estos las transmitan a las generaciones posteriores. Cada familia es diferente aunque tenga tradiciones similares, ya que cada familia tiene sus tradiciones únicas que representan a una determinada familia.
Lo ideal es que con el nacimiento de una nueva familia, se desarrollen nuevas tradiciones, adoptando los rituales heredados de cada una de las partes y creando los suyos propios.
Incluimos una serie de actividades que se podrían convertir en tradiciones. Piense si usted las puede adoptar para alegrar futuras reuniones familiares.
Asistir en familia a una temporada de conciertos anualmente, tener un día de Karaoke o ir a la retreta dominical; participar en el coro de la iglesia.
Planear un viaje para comprar o cortar un árbol de navidad; salir de noche para ver las estrellas; llevarle comida a los pájaros u otros animales silvestres; acampar.
Ayudar con campañas sociales de recaudación de fondos en ocasiones especiales. Involucrar a toda la familia en una obra de caridad; realizar cada año en familia una fiesta navideña para las personas menos favorecidas que viven o trabajan a su alrededor.
Aprovechar fechas especiales como la navidad, la semana santa el día de la madre o el padre, para hacer actividades especiales en familia, donde estén involucrados grandes y chicos.
Jugar juntos con la familia, patinar, caminar, cazar, nadar o bailar son actividades que tanto adultos como jóvenes disfrutarán.
Las tradiciones familiares, deben ser momentos que a todos los miembros de la familia nos proporcionen felicidad. Por lo tanto no deben ser estáticas e inamovibles, tienen que poder evolucionar con la familia. Según la edad y los cambios familiares, se deben ir distribuyendo los roles de cada miembro familiar para que todos sean participes.
Las tradiciones familiares perduran de generación en generación, permitiendo que en cada reunión familiar que se lleve a cabo, se recuerde a los seres queridos que ya no se encuentran con alegría y emoción.
Vida en Familia